martes, 31 de mayo de 2016

¿ESTAS PENSANDO QUE LO MEJOR SERIA EL DIVORCIO O NO HABERTE CASADO?


Casarse de Nuevo
Arnaldo Jabor 


Mis amigos separados no se cansan de preguntar como logré estar casado 30 años con la misma mujer. Las mujeres siempre más maliciosas que los hombres, no le preguntan a mi esposa como ella puede estar casada con el mismo hombre, pero sí como ella puede estar casada conmigo.

Los jóvenes son los que hacen las preguntas correctas, osea, quieren conocer el secreto para mantener un matrimonio por tanto tiempo. Nadie enseña eso en las escuelas, al contrario. No soy un especialista en el ramo, como todos saben, pero dicho esto, mi respuesta es más o menos la siguiente: Hoy en día el divorcio es inevitable, no se puede escapar. Nadie aguanta convivir con la misma persona por una eternidad.

Yo, en realidad ya estoy en mi tercer matrimonio – la única diferencia es que me casé tres veces con la misma mujer.

Mi esposa, si no me engañó, está en su quinto matrimonio, porque ella pensó en agarrar las maletas más veces que yo. El secreto de matrimonio feliz no es la armonía eterna. Después de los inevitables encontronazos, la solución es ponderar, calmarse y comenzar de nuevo con la misma mujer. El secreto de matrimonio feliz en el fondo, es renovar el matrimonio y no buscar uno nuevo. Eso exige algunos cuidados y preocupaciones que son olvidados en el día a día de la pareja.

De tiempo en tiempo, es necesario renovar la relación. De tiempo en tiempo es necesario volver a enamorar, volver a cortejar, seducir y ser seducido.

¿Desde hace cuanto tiempo ustedes no salen a bailar?

¿Desde hace cuanto tiempo no intentas conquistarla o conquistarlo como si tu pareja fuera un pretendiente en potencial?

¿Desde hace cuanto tiempo no hacen una luna de miel, sin los hijos eternamente peleando por tener su atención?

¿Desde hace cuanto tiempo dejan de hablar de los innúmeros kilos que aumentaste después del matrimonio. Marido y mujer que se separan pierden 10 kg en un solo mes – por qué ustedes no pueden hacer lo mismo?

Imagínate que estás con una nueva conquista. Si fuera una relación nueva, seguramente pasarías a frecuentar lugares nuevos y desconocidos, cambiarías de casa o apartamento, cambiarías tu vestimenta, los discos, el corte de cabello, el maquillaje. Pero todo eso puede hacerse sin que te separes de tu cónyuge.

Vamos a ser honestos: nadie aguanta la misma mujer o el mismo hombre por treinta años con la misma ropa, el mismo labial, con los mismos amigos o con los mismos chistes.

Muchas veces no es tu esposa que se está poniendo fastidiosa y vieja, eres tú, son tus propios muebles con la misma curtida decoración. Si te divorciaras, seguramente cambiarías todo, que es justamente uno de los placeres de la separación.

Quien se separa se encanta con la nueva vida, la nueva casa, la nueva urbanización, un nuevo círculo de amigos. No es necesario un divorcio litigioso para tener todo eso. Basta cambiar de lugares e intereses y no acomodarse. Eso obviamente cuesta caro y muchas uniones se quiebran porque la pareja se rehúsa a pagar esos pequeños costos necesarios para renovar un matrimonio.

Pero si te separas tu nueva esposa va a querer nuevos hijos, nuevos muebles, nuevas ropas y además tendrás que pagar la pensión de los hijos del matrimonio anterior. No existe esa tal "estabilidad del matrimonio" ni esta debería ser anhelada. El mundo cambia, y tú también, tu marido, tu esposa, tu urbanización y tus amigos.

La mejor estrategia para salvar un matrimonio no es mantener una "relación estable", mas sí saber cambiar juntos. Todo cónyuge necesita evolucionar, estudiar, especializarse, interesarse por cosas que jamás habría pensado hacer al principio del matrimonio.

Tú haces eso constantemente en el trabajo, ¿por qué no hacerlo en la propia familia? Es lo que tus hijos hacen desde que vinieron al mundo. Por lo tanto, descubran la nueva mujer o el nuevo hombre que vive a su lado, en vez de salir por ahí intentando descubrir una nueva pareja. Tengo la seguridad de que sus hijos los respetarán por la decisión de mantenerse juntos y aprenderán la importante lección de cómo crecer y evolucionar unidos, a pesar de los inconvenientes. 


Peleas y discusiones siempre ocurrirán: por eso, de vez en cuando, es necesario casarse de nuevo, pero intente hacerlo siempre con la misma pareja.

sábado, 14 de mayo de 2016

19 cosas difíciles que nadie hará por ti.

El camino al éxito es sinuoso, largo y en buena parte es cuesta arriba. Dan Waldschmidt es un empresario estadounidense que a los 25 años recibió su primer nombramiento como CEO y actualmente es un corredor empedernido.

Waldschmidt es un estratega de negocios, a través de su compañía Waldschmidt Partners International ofrece asesoría y dicta conferencias. Su libro Everything you think about success is wrong ya está a la venta y en él perfila las historias de “más de 100 personas ordinarias que se volvieron extraordinarias”.

En su blog oficial ha ofrecido extractos de su libro, entre los cuales se encuentran frases inspiradoras que no carecen de contundencia y validez.

De su blog, les ofrecemos su post ‘Tienes que hacer las cosas difíciles’, con el permiso del autor:

  • Tienes que hacer la llamada que tienes miedo de hacer.
  • Tiene que levantarte más temprano de lo que quieres levantarte.
  • Tiene que dar más de lo que obtienes a cambio de inmediato.
  • Tiene que preocuparte más por los demás de lo que ellos se preocupan por ti.
  • Tienes que luchar cuando estás herido, sangrado y adolorido.
  • Tienes que ir a lo inseguro cuando juegas si lo seguro parece más inteligente.
  • Tienes que liderar cuando nadie te sigue todavía.
  • Tienes que invertir en ti mismo a pesar de que nadie más lo haga.
  • Tienes que lucir como un tonto mientras estás buscando las respuestas que no tienes.
  • Tienes que trabajar en los detalles cuando es más fácil encogerse de hombros.
  • Tienes que entregar resultados cuando ofrecer una excusa es una opción.
  • Tienes que buscar tus propias explicaciones, incluso cuando te dicen que debes aceptar los “hechos”.
  • Tienes que cometer errores y quedar como un idiota.
  • Tienes que intentar y fallar y volver a intentarlo.
  • Tienes que correr más rápido a pesar de que te hayas quedado sin aliento.
  • Tienes que ser amable con la gente que ha sido cruel contigo.
  • Tienes que cumplir con los plazos de entrega irrazonables y ofrecer resultados sin igual.
  • Tienes que ser responsable de tus acciones, incluso cuando las cosas van mal.
  • Tienes que seguir moviéndote hacia donde quieres estar, sin importar lo que esté delante de ti.
  • Tienes que hacer las cosas difíciles. Las cosas que nadie más está haciendo. Las cosas que te asustan. Las cosas que hacen que te preguntes cuánto tiempo más podrás aguantar.

Ésas son las cosas que te definen. Ésas son las cosas que hacen la diferencia entre vivir una vida de mediocridad o el éxito escandaloso.

Las cosas difíciles son las cosas más fáciles de evitar. Para excusarte. Para fingir que no aplican a ti.

La simple verdad acerca de cómo las personas comunes logran hazañas increíbles de éxito es que ellos hacen las cosas duras que personas más inteligentes, calificadas, más ricas, no tienen el valor —o la desesperación— de hacer.

Haz las cosas difíciles. Puede que te sorprenda lo increíble que eres en realidad.




 Vía: http://www.forbes.com.mx/19-cosas-dificiles-que-nadie-hara-por-ti/

viernes, 6 de mayo de 2016

La impermanencia y los ciclos de la vida

“El tiempo es existencia, la existencia es tiempo… Todas las cosas existen en nosotros mismos. Cada cosa, cada ser en todo el universo es tiempo”

Dogen ZenjiEl arte de renacer sin apegos según el Budismo zen se llama “impermanencia”. 

Dejar ir, dejar fluir, liberarse de los apegos del mundo, materiales e inmateriales, es una de las mayores enseñanzas de esta filosofía oriental. El apego a las cosas y las personas es uno de los males modernos más complejos. Nos vemos envueltos en mil y un responsabilidades y con una serie de cargas que nos auto imponemos en el día a día: el trabajo, la escuela, las responsabilidades… y en todo ese mar de cosas en el que a ratos sentimos ahogarnos, se suma la imposibilidad de amar. 

Como guerreros, nuestra alma saldrá fortalecida si aprendemos que para volver a amar tenemos que dejar ir.



Especialmente cuando atravesamos por una ruptura amorosa, una separación, la muerte de alguien a quien amamos o incluso la pérdida de un trabajo, un hogar, es un reto recomponernos. En muchas ocasiones no sabemos cómo superar esa pérdida y casi inevitablemente nos amurallamos; recluidos en nuestro mundo interior, somos incapaces de sanar si seguimos pensando en que eso que se fue era nuestro o nos “pertenecía”. En realidad, nada nos pertenece, todo es tránsito y, como arena, fluye entre nuestras manos.




El Budismo zen enseña que nada en realidad nos pertenece, la “impermanencia” es ese estado mutable de la naturaleza de las cosas en el que sólo fluyen. La vida no es un estado rígido y estático, la mutación es en realidad su estado natural, todo florece, fecunda y muere. Entender la vida como un tránsito, permite desapegarnos. El apego trae sufrimiento justo porque deseamos lo que ya se fue y no volverá, o porque tememos a algo que quizá nunca vendrá. Si nos aferramos a nuestras pasiones, puede que seamos quemados por el mismo fuego con que nos aferramos a ella.

Observemos, seamos capaces de buscar dentro, no fuera de nosotros, las respuestas para sanar el dolor y ser capaces de volver a amar.

Observa: deja el juicio de lado

“Cuando la superficie del agua de la mente está agitada es imposible observar el fondo”.



La mayoría de nuestros pensamientos giran en torno al juicio sobre lo que somos o no somos, lo que tenemos o lo que queremos. Así se nos ha enseñado a pensar y a medir lo que tenemos por cánones como el éxito o la riqueza. Cuando dejamos de desear y observamos las cosas si juicio, podemos vivir en armonía con nosotros mismos, las formas son a veces un impedimento para poder observar lo que realmente somos, esa luz que brilla en nuestro interior.

Volver a amar a otros y a nosotros, puede ser más sencillo si aprendemos a sentarnos en calma y centrar nuestra atención en observar las cosas como son, sin tormentos ni juicios.

Deja el apego: aprende a salir del bosque de la ilusión

“Comprenda que aunque usted esté practicando zazen en el mundo de las Ilusiones, la Iluminación reside ahí mismo”.



El apego es el miedo a la pérdida, pero si nada nos pertenece, ¿a qué podríamos temer? Nos creemos dueños no sólo de las cosas materiales sino de las personas, relaciones, amigos y dinámicas. La ley del desapego nos indica, al contrario que en Occidente, que la renuncia a nuestros deseos, “metas” y las admitimos como un juego de ilusione, el mundo se transforma y nuestra actitud es mucho más relajada. Lo que se fue no volverá, lo que viene no lo sabemos.

Desapegarnos y comprender que sólo estamos de paso, nos ayudará a dejar de temer y a mirar el mundo con la serenidad de un lago imperturbable.

Desenmascara tu ego: aprende de tu maestro interior

“Aprender el camino de Buda es aprender el respeto de sí mismo”.



Cuando hemos pasado por una crisis, las emociones negativas nos dominan: culpa, tristeza, melancolía. Nos apegamos al ego y optamos por sobrevalorarnos o despreciar nuestras acciones. El ego nos lleva al miedo, al egoísmo y a juegos de poder debido a que nos sitúa por encima o por debajo de los demás. Dejar de darnos excesiva importancia es una de las enseñanzas del Budismo, que comprende que todos los seres estamos en equilibrio en el universo, en el mismo plano.

Libera tus miedos, perdona tus errores

“Comprenda que, en esta vida, usted sólo tiene una vida, no dos o tres”.



Una ruptura, una pérdida pueden ser una oportunidad para ver más allá de nuestros ritmos cotidianos, aquello realmente es esencial, pese a los cambios, la vida permanece. Sólo miremos a nuestro alrededor y nos daremos cuenta de que la vida continúa; del ritmo de las estaciones; del sonido de las hojas al viento; del tiempo del mundo y todo sigue. Perdonarte y dejar ir te liberará para vivir por lo que eres aquí y ahora y por lo que puedes hacer en el presente.

Sana el pasado, fluye con el presente

“Cuando lave el arroz, separe toda la arena que encuentre. Al hacerlo, no desperdicie ni siquiera un grano de arroz. Mirando el arroz, vea también la arena. Mirando la arena, vea también el arroz”.



Esta frase de Dogen Zenji nos recuerda que la forma de sanar es lavar nuestros males, sin desperdiciar incluso nuestros dolores.
Lo que se va de tu vida te acompañará siempre, porque las experiencias y los recuerdos son materia que ya vive dentro de ti. No te apegues a lo que fue ni pidas que vuelva, mejor obsérvalo: agradece lo bueno y aprende de lo malo. Sólo así te liberarás de ello como una carga y te permitirás fluir en tu presente y lograr el equilibrio emocional: no todo es blanco, no todo es negro.

Nacimiento y muerte son sólo tránsitos

“Apenas comprenda que nacimiento-y-muerte son, en sí mismos, el Nirvana – no existe nacimiento-y-muerte a ser desechado, ni Nirvana a ser deseado”.



El Dogen Zenji, que llevó el Budismo a Japón lo explicaba de esta manera. Nuestro nacimiento sólo nos da una una certeza: moriremos. Podemos interpretar además que todo lo que nace, todo ser vivo, toda relación incluso esta destinada a morir; a la vez que todo son ciclos.

Practica en lo cotidiano

“Los poderes milagrosos de los budistas son sus acciones cotidianas de tomar té y comer arroz. Todos los Budas practican esos milagros continuamente”.



Solamente con la puesta en práctica de estos principios puedes ir superando tus miedos y dificultades. Salir de un estado de crisis o tristeza, de la culpa y el miedo, es una labor diaria y disciplinada. La práctica es la mejor manera de desembarazarnos de nuestro ego, de nuestros apegos, de observar nuestra impermanencia.

Volver a amar a otro ser, sólo es posible si volvemos a amar la vida, alimentando en el día a día, en los pequeños detalles todo aquello que fortalezca nuestro espíritu. Liberarte del dolor puede ser una posibilidad de abrirte a la experiencia de volver a amarte y con el corazón abierto como flor de loto, poder amar a los demás.


Vía: http://culturacolectiva.com/instrucciones-para-volver-a-amar-como-superar-la-perdida-segun-el-budismo/

miércoles, 4 de mayo de 2016

¿Por qué te preocupas sin motivo alguno?


¿Por qué te preocupas sin motivo alguno?
¿A quien temes sin razón?
¿Quien te podría matar?
El alma no nace, ni muere.


Cualquier cosa que pase,
pasará por tu bien;
lo que este sucediendo,
está sucediendo para bien;
lo que vaya a pasar,
también sucederá para bien.

No debes lamentarte por el pasado.
No debes preocuparte por el futuro.
El presente está sucediendo...

¿Qué perdida te hace llorar?
¿Que has traído contigo?
¿Que crees que has perdido?

¿Que has producido?
¿Que piensas que se ha destruido?

No has dado nada,
ustedes no han traído nada consigo,
cualquier cosa que posean, la han recibido aquí.

Ustedes llegaron con las manos vacías,
y regresarán con las manos vacías.

Cualquier cosa que posean hoy, 
pertenecía a otra persona el día de ayer y 
pertenecerá a otra diferente el día de mañana.
Erroneamente ustedes han disfrutado de 
esa idea de pertenencia.

Es esta falsa felicidad la causa de sus penas. 


El cambio es la ley del universo.
Lo que ustedes consideran como muerte, 
es en realidad la vida.

En cualquier momento podrían ser millonarios,
y en el siguiente pueden caer en pobreza.

Tuyos y míos, grandes y pequeños… 
borren esas ideas de su mente.

Entonces todo les pertenecerá y todos serán dueños.

Tampoco ustedes son de ese cuerpo.
El cuerpo esta formado por fuego, agua, aire, tierra y éter, 
y retornará en estos elementos.
Pero el alma es permanente, así que,
¿Quien eres realmente?




Tomado de El Bhagavad Gita: El Divino Canto de Dios